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Vehículos verdes y autónomos: un reto a la vuelta de la esquina

En esta semana en Hanover, Alemania se realiza la IAA 2016, la exposición de vehículos comerciales más grande del mundo organizada por la Asociación de la Industria Automotriz de Alemania. Este evento es el ideal para conocer las nuevas tendencias en los vehículos que forman parte de la vida cotidiana y económica de gran parte de las personas del mundo.

Este año en la IAA llamaron la atención varias novedades aplicables para transporte de carga y pasaje, destacando dos principales tipos de vehículos: vehículos verdes y los autónomos.

Los vehículos autónomos representan un reto hacia el futuro. El atributo distintivo de este tipo de unidades consiste en una conducción automatizada a través de la interconexión de sensores de movimiento, dispositivos para definir la ruta y la “ausencia” de errores humanos directos; siendo estos últimos, los causantes de hasta el 90% de los accidentes a nivel internacional. Otro beneficio de este tipo de vehículos es el ahorro en el consumo de combustible gracias a su optimización en niveles de aceleración y frenado. Sin embargo la forma en que fueron presentados no queda en solo la conducción sin personas, sino que visualiza una logística sin intervención humana. Se plantea toda la cadena desde la compra del producto por internet, la carga del paquete en el vehículo a través de robots, el envío del paquete por transporte terrestre sin conductor, e inclusive hasta la entrega de los últimos metros a través de drones.

Aunque lo anterior suena por mucho como la visión de la industria logística para las siguientes décadas, el eslabón más tangible en un corto a mediano plazo es la conducción autónoma. Pero lo cierto es qué los retos persisten. Faltan varios años todavía para que veamos en las carreteras y/o ciudades estos vehículos de manera habitual, debido a la falta de regulación legal y sobre todo, a la propia aceptación por parte de las personas. A pesar de que en muchos países se está tomando este marco legal a consideración, lo cierto es que la señalización y las reglas de tránsito siguen estando diseñadas en exclusiva para el ojo humano. Un factor importante para cambiar este hecho sería desarrollar la conectividad al exterior, es decir ligar la información de los vehículos autónomos a supervisiones externas para su monitoreo. En los próximos años la presencia de estos vehículos implicará retos que las autoridades, usuarios e industria tendremos que atender de forma conjunta.

Otros vehículos que ya podemos utilizar en las ciudades son los vehículos completamente verdes o también reconocidos por ser cien por ciento eléctricos. Estas unidades reconocidas por sus bondades con el medio ambiente cada vez serán mas comunes verlos circular en las ciudades. Actualmente podemos ver ya circular unidades híbridas en vehículos comerciales de reparto y distribución, y aunque en autos los vehículos eléctricos cada vez tienen mayor presencia en las ciudades, para el caso de configuraciones de carga y autobuses su participación es mesurada. Los avances en la eficiencia de las baterías que impacta directamente los kilómetros que pueden recorrer, permitirá ver esta tecnología inicialmente en autobuses y posteriormente en carga cada vez mas viable.

Hay un tema que ambientalistas podrían cuestionar respecto a los vehículos eléctricos que sería el origen de la energía. Ya que no es lo mismo si proviene de fuentes limpias como la solar o eólica, a diferencia de ser generada a través de combustibles fósiles. Sin embargo el impacto de generación de energía a través de emisiones es diferente si se realiza en el centro de las ciudades o en zonas aisladas. El hecho de contar ya con estas tecnologías no significa que vayamos a ver desaparecer la tecnología de motores a diesel en el corto plazo, al contrario, la alta eficiencia de estos motores y su competitividad, ligado a los dispositivos que se implementaran en las mismas para reducir emisiones, harán que permanezcan en el mercado por muchos años más.

Todo cambio tecnológico presenta retos y no por ello debe darse marcha atrás. Si algo es cierto, es que la electro movilidad continuará desarrollándose, principalmente en las grandes ciudades y logrará romper esquemas que actualmente no visualizamos. Ya que además de no generar emisiones no producen ruido, por lo que podrán incluso estar muy cerca de las personas; tanto así que en el futuro se espera que existan terminales de pasaje dentro de los centros comerciales e incluso puedan los pasajeros abordar el transporte dentro de sus residencias.

La movilidad de productos y personas va mas allá de las fronteras entre países y seguirá siendo posible gracias a los vehículos comerciales por muchos años más. El principal desafío que se tiene para el futuro es lograr un equilibrio entre las expectativas de los usuarios, y al mismo tiempo generar un negocio rentable que permite un crecimiento e inversión precisamente en poder continuar la inversión en investigaciones y desarrollo de nuevas tecnologías. Los usuarios buscaremos un transporte seguro, eficiente, limpio y económico, y los transportistas tienen que lograr esto pero al mismo generar suficientes recursos para que sea económicamente rentable y suficiencia para continuar mejorando con el tiempo.

La responsabilidad de quienes estamos en la industria es aprender de las nuevas tendencias y buscar el mejor marco para adoptarlas; por su parte, las regulaciones mundiales deben voltear la mirada hacia las mismas, analizar y hacer los ajustes necesarios para promover una modernización sustentable, encontrando el balance preciso entre las expectativas de los usuarios y la rentabilidad de los transportistas para generar beneficio para toda la sociedad.

Vehículos verdes y autónomos: un reto a la vuelta de la esquina

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En esta semana en Hanover, Alemania se realiza la IAA 2016, la exposición de vehículos comerciales más grande del mundo organizada por la Asociación de la Industria Automotriz de Alemania. Este evento es el ideal para conocer las nuevas tendencias en los vehículos que forman parte de la vida cotidiana y económica de gran parte de las personas del mundo.

Este año en la IAA llamaron la atención varias novedades aplicables para transporte de carga y pasaje, destacando dos principales tipos de vehículos: vehículos verdes y los autónomos.

Los vehículos autónomos representan un reto hacia el futuro. El atributo distintivo de este tipo de unidades consiste en una conducción automatizada a través de la interconexión de sensores de movimiento, dispositivos para definir la ruta y la “ausencia” de errores humanos directos; siendo estos últimos, los causantes de hasta el 90% de los accidentes a nivel internacional. Otro beneficio de este tipo de vehículos es el ahorro en el consumo de combustible gracias a su optimización en niveles de aceleración y frenado. Sin embargo la forma en que fueron presentados no queda en solo la conducción sin personas, sino que visualiza una logística sin intervención humana. Se plantea toda la cadena desde la compra del producto por internet, la carga del paquete en el vehículo a través de robots, el envío del paquete por transporte terrestre sin conductor, e inclusive hasta la entrega de los últimos metros a través de drones.

Aunque lo anterior suena por mucho como la visión de la industria logística para las siguientes décadas, el eslabón más tangible en un corto a mediano plazo es la conducción autónoma. Pero lo cierto es qué los retos persisten. Faltan varios años todavía para que veamos en las carreteras y/o ciudades estos vehículos de manera habitual, debido a la falta de regulación legal y sobre todo, a la propia aceptación por parte de las personas. A pesar de que en muchos países se está tomando este marco legal a consideración, lo cierto es que la señalización y las reglas de tránsito siguen estando diseñadas en exclusiva para el ojo humano. Un factor importante para cambiar este hecho sería desarrollar la conectividad al exterior, es decir ligar la información de los vehículos autónomos a supervisiones externas para su monitoreo. En los próximos años la presencia de estos vehículos implicará retos que las autoridades, usuarios e industria tendremos que atender de forma conjunta.

Otros vehículos que ya podemos utilizar en las ciudades son los vehículos completamente verdes o también reconocidos por ser cien por ciento eléctricos. Estas unidades reconocidas por sus bondades con el medio ambiente cada vez serán mas comunes verlos circular en las ciudades. Actualmente podemos ver ya circular unidades híbridas en vehículos comerciales de reparto y distribución, y aunque en autos los vehículos eléctricos cada vez tienen mayor presencia en las ciudades, para el caso de configuraciones de carga y autobuses su participación es mesurada. Los avances en la eficiencia de las baterías que impacta directamente los kilómetros que pueden recorrer, permitirá ver esta tecnología inicialmente en autobuses y posteriormente en carga cada vez mas viable.

Hay un tema que ambientalistas podrían cuestionar respecto a los vehículos eléctricos que sería el origen de la energía. Ya que no es lo mismo si proviene de fuentes limpias como la solar o eólica, a diferencia de ser generada a través de combustibles fósiles. Sin embargo el impacto de generación de energía a través de emisiones es diferente si se realiza en el centro de las ciudades o en zonas aisladas. El hecho de contar ya con estas tecnologías no significa que vayamos a ver desaparecer la tecnología de motores a diesel en el corto plazo, al contrario, la alta eficiencia de estos motores y su competitividad, ligado a los dispositivos que se implementaran en las mismas para reducir emisiones, harán que permanezcan en el mercado por muchos años más.

Todo cambio tecnológico presenta retos y no por ello debe darse marcha atrás. Si algo es cierto, es que la electro movilidad continuará desarrollándose, principalmente en las grandes ciudades y logrará romper esquemas que actualmente no visualizamos. Ya que además de no generar emisiones no producen ruido, por lo que podrán incluso estar muy cerca de las personas; tanto así que en el futuro se espera que existan terminales de pasaje dentro de los centros comerciales e incluso puedan los pasajeros abordar el transporte dentro de sus residencias.

La movilidad de productos y personas va mas allá de las fronteras entre países y seguirá siendo posible gracias a los vehículos comerciales por muchos años más. El principal desafío que se tiene para el futuro es lograr un equilibrio entre las expectativas de los usuarios, y al mismo tiempo generar un negocio rentable que permite un crecimiento e inversión precisamente en poder continuar la inversión en investigaciones y desarrollo de nuevas tecnologías. Los usuarios buscaremos un transporte seguro, eficiente, limpio y económico, y los transportistas tienen que lograr esto pero al mismo generar suficientes recursos para que sea económicamente rentable y suficiencia para continuar mejorando con el tiempo.

La responsabilidad de quienes estamos en la industria es aprender de las nuevas tendencias y buscar el mejor marco para adoptarlas; por su parte, las regulaciones mundiales deben voltear la mirada hacia las mismas, analizar y hacer los ajustes necesarios para promover una modernización sustentable, encontrando el balance preciso entre las expectativas de los usuarios y la rentabilidad de los transportistas para generar beneficio para toda la sociedad.